“Las formas de la sala. Escenarios de representación” es un trabajo de investigación llevado a cabo por el arquitecto Carlos Montes González, en ocasión del Máster Universitario en estudios avanzados de arquitectura de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. En el mismo, nos propone un estudio alternativo de las salas. Este espacio neurálgico de toda vivienda se pone en relieve a través del análisis de su relación con las habitaciones aledañas.
Los siguientes párrafos son un extracto de las líneas introductorias de “Las formas de la sala. Escenarios de representación”.
Podemos considerar que el habitar contemporáneo es un “habitar líquido”, un concepto descrito por el sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman. Las constantes alteraciones de las formas y condiciones de vida, —especialmente en estos últimos años— derivan en un modo de relación entre los espacios comunes de las viviendas y las ciudades, que se ven afectadas por la incertidumbre de hacer predicciones. Ello conlleva a la dificultad de articular el espacio que vivimos con el proyectado, desde la literalidad de un programa establecido o los gestos aprendidos de la forma.
En este ensayo, no se intenta hacer una recopilación histórica, sino un planteamiento sobre una serie de miradas para entender las “formas de la sala”, como el lugar en el que se dispone el habitar de manera influyente sobre el resto de las piezas de la casa y con la ciudad. Las formas de salas rastreadas en este ensayo constituyen sólo algunos casos. Esta disposición confiere a la sala otras características que vienen dadas también por su forma: la representación y la polivalencia. Este último concepto, fue ampliamente considerado desde la década de 1950, fundamentalmente a través de los planteamientos del arquitecto Herman Hertzberger: para mí, la idea de polivalencia es que uno puede hacer formas que son en sí mismas lúcidas y permanentes, pero pueden cambiar en el sentido en que uno puede interpretarlas de manera diferente. La concibe a través de la inclusión de la variable tiempo y de las necesidades, que a lo largo de éste pueden ir solicitando y demandando su cambio. Pero, para ello, el espacio no ha de ser necesariamente algo “blando” cambiante, sino que su posibilidad de evolución se centra en su capacidad para albergar diferentes funciones desde cada una de sus formas.
Con ello, se pueden explorar nuevas lógicas y arquitecturas, nuevas maneras de proyectar y nuevas relaciones entre el habitante y el espacio, que sinteticen nuevos tipos de salas o que complementen el entendimiento de las que aquí se han detectado. La cuestión actual que se pretende analizar, se basa en la progresiva absorción por parte del resto de las piezas en la vivienda del carácter común y representativo que ha caracterizado a la sala. De ahí, y no contradiciendo la necesidad de una ambigüedad en el resto de estancias, se pretende buscar cómo distintas estrategias de salas pueden influir en el carácter social que se ha disgregado y afectado a sus elementos más cercanos. Las necesidades y los deseos del habitante en la sociedad actual varían a la par que las relaciones con los espacios, cambiando antes de que nos de tiempo a consolidar unas tipologías o constantes arquitectónicas que tratan de dar respuesta a dichas necesidades y deseos.
La búsqueda para localizar estas salas necesita, en algunos casos, de la focalización y profundización en la propuesta de un autor, —como es el caso de Adolf Loos con su concepto de planta en el espacio—; en otros casos, la extracción de la sala y su sentido de comunión devienen de la contrastación, las referencias cruzadas y las valencias encontradas entre la obra de diferentes autores adscritos a culturas y marcos territoriales y socioeconómicos distintos. A menudo, los espacios y arquitecturas, que en este ensayo nos ayudan a explicar cada una de las salas, no responden a la inducción de sólo una de ellas, sino que pueden resultar de la combinación de más de una en diferente proporción. Para lograr sintetizar la gran cantidad de salas y en su intención de explorar las implicaciones más directas con el habitar y la esfera del usuario, se pone mayor enfoque hacia salas localizadas en viviendas. A pesar de ello, es imposible disociar muchas de las reflexiones y experiencias, que organizan estas salas, de otras visiones de la arquitectura y de la relación con los espacios públicos; como exposiciones, plazas, edificios públicos, etc.
En la sociedad actual, el cambio es una situación generalizada y asumida, la aplicación de las salas, como lugar común, y los mecanismos que podemos extraer de las diferentes propuestas arquitectónicas que visitamos en estas páginas, tienen una pertinencia y una vigencia plena. El concepto de representación y reunión, entendido como la estrategia que permite que estas piezas se adapten a lo largo del tiempo procurando polivalencia, capacidad de transformación, adaptación y evolución de los espacios evitando su obsolescencia, forma parte nuclear de la propuesta de estas salas. Esta es la premisa desde la que la proposición de estas estancias se constituye como una forma relevante y necesaria en la que procurar hoy la sostenibilidad de los espacios del habitar.
Es interesante ver estos ejemplos a la luz de otros más antiguos que les precedieron y de los que estamos convencidos que también podemos aprender, ya que, al ponerlos en relación, ayudan a hacer visibles los méritos de aquellos y nos dan algunas de sus claves. El ensayo no tiene intención de resolver, sino de manejar lo incompleto por medio de rodeos y de manera oblicua con intervenciones personales, emancipando lo particular frente a la totalidad. De manera inductiva, la intención es manejar una totalidad a través de las partes, que se refleja cuando se ponen todas las salas en común, desde lo concreto de la sala como pieza principal hasta lo más disperso como la disolución de la misma.
Los ejemplos que aparecen traspasan las fronteras temporales y culturales. Aunque, en ocasiones la yuxtaposición de estilos pueda parecer un tanto abrupta, es consecuencia de la decisión de aportar un abanico de ejemplos lo más amplio posible que se organiza en una serie de artículos que no siguen un orden preestablecido. Por tanto, la lectura invita a ser leída en el orden elegido por el propio lector. Este collage de obras intenta persuadir la búsqueda de similitudes entre las salas aparentemente diferentes, para que se centre en las distinciones básicas que reflejan las dos variantes como son el tiempo y el lugar. Al no ser un ensayo acabado, se anima a cada lector a tomar notas de ejemplos que encuentren o recuerden en su entorno experimental. A medida que nos familiarizamos con los ejemplos y los principios que rigen estas salas, es posible establecer nuevos vínculos, relaciones y niveles de significados, siempre a través del mismo significante “sala”.
La lectura de estos referentes intenta fomentar un entendimiento más evocador de la arquitectura que uno experimenta, encuentra y se imagina mientras proyecta. Una serie de variaciones que, como explica José Morales, también influyen a la arquitectura de la casa, como manifestación cultural, sometida al vaivén de los cambios sociales, económicos, técnicos y políticos.
En un sentido general, se puede afirmar que los espacios que la arquitectura ha generado a lo largo del tiempo se han mantenido siempre en el engranaje de un dispositivo, entendido éste como una red de relaciones de naturaleza diversa y heterogénea de vectores culturales, materiales, sociales, constructivos y económicos. Unas relaciones que, actuando en conjunto, inducen ciertas lógicas y formas de espacio y de su relación con el habitante. Habitualmente estas lógicas de proyecto han presentado y presentan un carácter cerrado (en su forma), disciplinario (en los procesos de proyecto) y excluyente (con el usuario). Sin embargo, este tipo de relaciones se han visto superadas por la naturaleza cambiante, híbrida y diversa de la vida cotidiana contemporánea, siendo por un conjunto de razones, el final de la década de los años cincuenta del pasado siglo, el momento a partir del cual se establecen y delinean de forma más nítida muchas de las formas que aquí se estudian. Desde esa década y hasta las experiencias actuales, encontramos la conformación de procesos de pensamiento del espacio y su construcción, provocando así la aparición en la arquitectura de espacios que daban mayor cabida a la incertidumbre y a las expectativas como condiciones insoslayables del verdadero habitar.
Carlos Montes González es joven graduado en lo que ahora se llama Fundamentos de Arquitectura y Máster en Arquitectura por la ETSA de la Universidad de Sevilla. Su interés por la docencia le llevó a realizar el Máster en estudios avanzados de Arquitectura por la ETSAB. Colaborador en diversos estudios como el de Guillermo Vázquez Consuegra, MGM o Mesura, desarrolló sus capacidades como arquitecto siempre teniendo presente el aprendizaje a través de la teoría de la arquitectura.
Puedes leer el trabajo completo aquí.
